martes, 28 de septiembre de 2010

Recuerdos de nuestro primer día de clase en Infantil.

Después de dos años esperando en el carrito a mi hermana, sin atreverme a pasar esa puerta roja, alta y para mí escalofriante, por fin, tuve que hacerlo. Al pasar la segunda puerta me asusté, pero no, no iba a llorar como la mayoría de los niños que no se querían separar de sus padres, yo no tenía ese problema, mi madre estaba trabajando.

Cuando entré en clase, muchos niños se me quedaron mirando, y los demás seguían a lo suyo.
Me senté con unas niñas que ahora están en clase, una rubia y otra morena, ¿ las reconocéis? ¡ No! Son Paula y Marina, de las que me hice amiga desde el primer momento.
Luego me llamó mucho la atención una niña, iba con una pelota de fútbol bajo el brazo, a ella sí que la reconoceréis enseguida, era Julia.

Pasó un rato y entró mi profe, no era ni alta ni baja, pelirroja y sin gafas. Como nosotros iba con babi, pero el suyo era enorme. Ya se jubiló y la recuerdo con mucho cariño.

Lo que menos me gustaba era volver al mediodía porque yo comía en mi casa, me parecía muy gracioso verlos dormidos a todos a mi regreso.

Inés Ochoa




Ese primer día, mi madre me levantó muy pronto, a las ocho de la mañana. Yo estaba tan sorprendida que le pregunté:
- Mami, ¿es mi cumple?
Y ella me dijo que no. Me vestí, me coloqué una extraña bata de rayas en la que había cosido un patito y ponía mi nombre, Irene Muñoz Barco.

Cuando monté en el coche me puse a llorar porque no sabía donde me llevaban. Mi madre me explicó que iba al colegio, un sitio en el que nos enseñaban a leer y a escribir.
Al llegar mi madre me dejó en una clase con muchas mesas, muchos niños y una chica grande, ella nos explicó que se llamaba Marisol. Empezamos a jugar con nuestras compañeras, a pintar... y de repente,
¡rrrrrriiiiiiiiiiiiinnnnnnnngggg! un sonido muy extraño.
_ Todos al recreo -dijo la profe. Al salir por la puerta nos dio a todos una galleta.

Como era muy despistada, pretérito imperfecto, me perdí por los pasillos, pero eso es otra historia y ahora toca el futuro...

Irene Muñoz

viernes, 24 de septiembre de 2010

Despedida

             


Murió Labordeta, y nada mejor que su música para recordarlo y para recordarnos que LA LIBERTAD es el valor por excelencia.