Creamos historias.
Irene Muñoz
¿ Os acordáis del cuento de La Bella Durmiente? Sí, ese en el que un hada malvada se enfada porque no la invitaban al bautizo de Bella. Bueno, pues lo que no sabéis es que por si la maldición de la rueca no funcionaba, además hechizó a todos los cactus del reino, de manera que al tocarlos, te encontrabas encerrado en una esfera, como una gran burbuja, que nada ni nadie podía romper hasta pasados 100 años.
Muchos niños y niñas, hombres y mujeres quedaron así atrapados. Las demás hadas pensaron y pensaron como deshacer el hechizo hasta que se les ocurrió una idea. Si daban tantas vueltas como los años en los que te ibas a quedar encerrado, o sea, cien vueltas, la esfera se rompería.
Así que ya sabéis, si algún día os encontráis a alguien en una esfera, no la intentéis romper, no hay más que darla cien vueltas.
Laura Castro
El cactus gordito
Erase una vez un cactus al que llamaban "esfera" porque era muy gordo. Él se quejaba siempre, y decía que estaba gordito porque tenía que reservar agua por si, algún día, él o su familia la necesitasen.
Esfera era un cactus bueno y amable, también era un pelín rencoroso. En su colegio, que se llamaba" San Cactus Pinchos" sus compañeros de clase y las demás clases se reían de él.
Él vivía en el Desierto del Sahara en la calle Punzantes del Desierto, sus vecinos también se reían de él y le pinchaban.
Hasta que un día, sus vecinos se quedaron sin agua y empezaron a languidecer y a secarse. Esfera fue a ver que pasaba y al verlos pensó que podría darles un poco de agua, pero como era rencoroso..., como se dice en estos casos, no se lo pensó dos veces, se lo pensó tres. Después de darle tres vueltas en la cabeza, decició darles agua.
A partir de ahí, los vecinos se disculparon por todo lo que le dijeron y fueron amigos para siempre.
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